El segundo congreso El minifundio como defensa del ecosistema mediterráneo se celebró en el nuevo edificio del archivo municipal de Muro del Alcoy, Alicante. En el encuentro se llegó a una conclusión clara: como la administración avala y apoya el modelo agrario industrial que desequilibra la estructura tradicional del territorio, los pequeños agricultores deben pasar a la acción.
La producción agrícola es dominada por las grandes empresas que defienden un modelo localizador del territorio, que les permite la producción masiva de alimentos de baja calidad. Por otro lado, las políticas de la administración favorecen este modelo. Como consecuencia de ello, los pequeños agricultores minifundistas, empobrecidos, deben abandonar la actividad tradicional. Esta fue la idea de que se encontraba más o menos explícitamente a la mayoría de ponencias.
Paradójicamente, mientras la UNESCO declara la dieta mediterránea patrimonio inmaterial de la humanidad, este modelo alimentario se pierde entre la juventud bajo la presión publicitaria de las multinacionales del fast food y los refrescos azucarados.
Para la asociación ElViArt, organizadora de este congreso, hay otro camino, un camino que deben emprender los agricultores, basado en el respeto al territorio y la estructura tradicional del Mediterráneo que ha dibujado el paisaje que ha sido la cuna de nuestra cultura.
De abajo hacia arriba. Sin recursos, la asociación ELVIART con infraestructuras del Ayuntamiento de Muro, consigue organizar este segundo congreso del minifundio gracias además a la colaboración económica de: CAM, Ayuntamiento de Muro, Unión Alcoyana, Emel2003, Consellería y Diputación de Alicante, y también gracias a la colaboración con otros recursos de: EPSA, Celler la Montaña, Camara de Comercio de Alcoy, Instituto Ignasi Villalonga, Malvasía Vinoteca, Antonio y Guillermina, Slow Food, Pebrella Consultora, SEAE, Sénia Equip, Radio Elite, Radiopolis, Radio Alcoy, Triodos Bank, La Unió de Llauradors, La luz de las Imágenes, ComCom comunicación, Fundación Metrópoli, Ray Fotografías, DeSucre, Enrique Mendoza, Alumnos EPSA y personas voluntarias. Es muy importante mencionar a las personas próximas, que han sido fundamentales, y que nos han dado su apoyo y animo para poder tirar adelante esta iniciativa.
Las autoridades de la diputación y la consellería que fueron invitadas a la inauguración del congreso, no acudieron, por tanto empezamos nosotros mismos.
Rafa Climent, Alcalde de Muro abrió el congreso expresando que las cosas no se han hecho bien, nos dijo que está harto de no ver honestidad y estima al territorio y que necesitan políticas dirigidas a poner en valor la tierra. También dijo que ya está bien de despilfarro de recursos y que hay que fomentar los valores de la comunidad y del respeto.
A través de las diversas ponencias se puso sobre la mesa la necesidad de cambiar el rumbo de la sociedad y la economía globalizada. Y siempre con un mismo hilo conductor: el cambio es posible "de abajo hacia arriba", como propugnaba el economista Paco Álvarez, ponente inaugural y persona fundamental para esta segunda edición del Congreso del Minifundio.
"El cambio comienza desde el pequeño, desde el que es posible y viable de modificar", consideraba, por otro lado, Joan Melé, subdirector general de Triodos Bank. Melé fue especialmente crítico con el sistema financiero actual, basado en el "crecimiento infinito y la codicia". Con él Juan Torres nos puso la carne de gallina al abrirnos la conciencia y hacer que nos demos cuenta de que el hambre del mundo, además de las grandes corporaciones, también es por culpa nuestra, nos dijo que el dinero ha pasado de ser un instrumento para las transacciones, a ser el objeto de las mismas. También participó M. Angel Mira de la Obra social de la CAM aportando la experiencia de una entidad que ha estado al lado del pequeño productor desde hace 150 años y que ahora ha perdido esta perspectiva, también reflexionó sobre lo trágico que es para un territorio no tener una entidad financiera cercana.
El congreso quiso transmitir la idea de que el modelo agrario condiciona también la cultura y por eso también hubo espacio para la actuación del cantautor Andrés Valor, que ofreció en el congreso su punto de vista sobre el arraigo de la creación musical tradicional con la tierra y quienes la trabajan. Excusando la presencia del Conseller Blasco, participó D. Vicente Saori, director general de cohesión territorial...
Antonio y Guillermina nos propusieron, a continuación, una comida durante la cual pudimos cambiar impresiones con los ponentes y asistentes mientras tomábamos tapas sensacionales con los vinos del Celler la Montaña.
Después visionamos, con su directora, el documental "Comprar tirar comprar".
También tuvimos un momento para la reflexión sobre el urbanismo y las posibilidades de reenfocar su utilización, con Ignacio Alcalde, de la fundación Metrópoli y consideraciones sobre la utilización de la energía que la naturaleza nos da, por parte de Domingo Guinea del CSIC. Más intervenciones con el minifundio en el punto de mira fueron la de Javier Guillem, sobre la importancia y la viabilidad de la creación de marcas en entornos rurales o agrícolas. También Carolina Punset (concejala independiente cercana a los Verdes) expuso el proyecto político que la ha llevado a crear una concejalía de Agricultura en Altea (Alicante) y a recuperar el cultivo de residuo cero y ecológico en los campos de su localidad. Ramon Mampel, secretario general de la Unió de Llauradors, detalló su proyecto para recuperar los olivos milenarios en el Maestrazgo, que ya da fruto: un aceite extra de oliva virgen cada vez de mayor calidad. Y cerró la jornada Hugo Morán, portavoz socialista en el Congreso de los Diputados en materia de medio, que hizo una reflexión sobre la crisis actual, derivada de un mal funcionamiento social y ambiental en el curso de estas últimas décadas, especialmente por los vicios y la presión ejercida desde occidente sobre el resto del planeta. Esta mesa fue coordinada por Julia Company, secretaría general de la Cámara de comercio de Alcoy.
Cultura, gastronomía y medio.
La segunda jornada dejó un poco de lado las cuestiones económicas y se centró en el medio, la producción y la gastronomía. El arqueólogo Ignacio Grau hizo un repaso histórico de la cultura minifundista mediterránea, desde la época ibérica y romana, y destacó que es el modelo que ha conducido el desarrollo de nuestra civilización, mientras que la gestora cultural y directora de la fundación "La Luz de las Imágenes", Carmen Quintero, vinculó minifundio con su patrimonio artístico. También, Antonio Santana Miranda, de la fundación "El PATIO", nos dio luces interesantísimas sobre aspectos didácticos con los jóvenes sobre la agricultura. Los participantes en el congreso también tuvieron la oportunidad de ver de una manera práctica que los productos tradicionales no están reñidos con la gastronomía más moderna y sofisticada, degustando los bombones con aceite de oliva elaborados por repostero Paco Torreblanca.
Gracias a las ponencias desarrolladas durante la mañana, se hizo patente la necesidad de que los productores y los consumidores defiendan decididamente los productos de proximidad. Fueron, las propuestas de Pepe Mendoza, responsable de la bodega Enrique Mendoza, y Jordi Tormo, técnico del CEEI-ALCOY, las que defendieron el uso y conocimiento de variedades de uva autóctonas para la elaboración de vino y la necesaria configuración de estrategias territoriales, respectivamente. A continuación escuchamos la exposición de Javier Navarro haciendo consideraciones sobre la internacionalización, y la capacitación de los minifundistas para afrontar esta estrategia.
Hacerlo y explicarlo. La mesa redonda sobre la necesidad de comunicar el modelo minifundista comenzó con la reproducción del espacio del periodista Rafael Bermejo-emitido en Radio 5 - sobre el congreso, en el que se daba voz a campesinos, economistas y Juan Cascant, presidente de la asociación Elviart, que puso de relieve que hay que reivindicar una nueva forma de producción agrícola con rentabilidad económica, ecológica y sociocultural. El periodista Vicente Lladró, del diario Las Provincias, que a la vez es labrador, se mostró pesimista y explicó el progresivo deterioro de la Huerta valenciana. Por otro lado, Joan Nebot, crítico de vinos de EL TEMPS, dijo que hay que comunicar el valor añadido de los productos procedentes de la agricultura tradicional, para dar a conocer a los consumidores que aprecian estas calidades y están dispuestos a pagar el coste de elaboración.
El catering servido al mediodía para Vinoteca Malvasía en colaboración con el movimiento Slow Food, estuvo elaborado íntegramente con productos agrarios procedentes de la producción minifundista. Los vinos fueron por cortesía de Celler el Roure, Enrique Mendoza, Celler la Muntanya y Masía el Altet.
Después de comer, con la intervención de Gustavo Duch descubrimos, con un pequeño debate, como la administración avala y apoya el modelo agrario industrial que desequilibra la estructura tradicional del territorio. Y también desde alguna disconformidad con lo que planteó Gustavo, nos dimos cuenta de que los pequeños agricultores deben pasar a la acción.
Acción y perspectiva de acción es lo que nos dieron: Victor Gonzalez, de SEAE, Carlos Martín Cantarino, de la Universidad de Alicante, Jordi Domingo de Avinença y Jeromo Aguado de Plataforma Rural.
Poco a poco. En una de las últimas ponencias del congreso, Mariano Gómez, presidente de Slow Food en España, reivindicó la cultura gastronómica popular como medio para potenciar el consumo responsable.
En la última ponencia, con el título "La viabilidad del minifundio", el viticultor Josep Lluís Pérez reivindicó el esfuerzo de los productores para recuperar esta estructura tradicional, y al mismo tiempo hacerla rentable económicamente. Pérez, uno de los primeros impulsores de la DO Priorat desde la bodega Mas Martinet y colaborador del proyecto Microviña para recuperar el minifundio, apuntaba detalladamente lo que hay, según él, para hacer rentable el minifundio: "El lema debe ser conseguir la máxima calidad con el mínimo coste posible."
De manera complementaria, el responsable del proyecto Microviña, Juan Cascant, dijo que la producción agrícola acompañada de criterios técnicos "consigue resultados". Hacía referencia a su proyecto empresarial, el Celler la Muntanya, que pese a que está situado fuera de las zonas reconocidas, elabora vinos que han alcanzado prestigio en todo el Estado español. Además, ofreció el sello Microviña a cualquier bodega que quiera utilizarlo, siempre que se constate el pago justo de la uva, el uso de variedades autóctonas, que genera actividad social y que exista vinculación con el territorio.
Tras esta intervención, Paco Álvarez hizo la reflexión que cerró el congreso: "Las cosas no se hacen solas, sino que cuestan dinero." Por eso propuso hablar de financiación de forma abierta y desde el punto de vista de métodos alternativos, apoyando proyectos como Triodos Bank, Microviña, la recuperación de olivos milenarios o los que puedan surgir en la misma dirección.
Muro, Mayo de 2010.